Lleva una alimentación sana y equilibrada.
Nada mejor para cuidar la piel que una dieta equilibrada. Come de todo, aumentando la ingesta de verduras, frutas, pescado y hortalizas. También es muy importante que bebas mucha agua. Este líquido juega un papel fundamental en la hidratación de la epidermis. Para más información consulta el practicograma 'Cómo seguir una dieta sana y equilibrada'.
2Duerme lo necesario.
La piel necesita regenerarse para lucir sana e hidratada. Este proceso lo lleva a cabo durante las horas de sueño, por lo que es muy importante que descanses el tiempo necesario. Los expertos recomiendan dormir una media de 8 horas al día.
3Evita el alcohol y el tabaco.
Entre los mayores enemigos de la piel figuran el alcohol y el tabaco. Evítalos en la medida de lo posible, sólo conseguirás que tu tez luzca de color mate y desgastada.
4Mucho cuidado con el sol.
En pequeñas cantidades la luz solar puede ser beneficiosa para la piel, pero en grandes dosis ocurre todo lo contrario. El sol resta elasticidad a la epidermis, y la sobre exposición al mismo favorece la aparición de melanomas.
5Usa cremas hidratantes.
Las cremas hidratantes son muy útiles para mantener hidratada la piel o para tratar una epidermis seca. Las hay de todos los tipos, desde cremas para pieles grasas hasta pomadas para dar un tono bronceado a la cutis.
6Limpiezas faciales.
Otra manera de cuidar tu piel y de mantenerla sana e hidratada son las limpiezas de cutis. Para llevarlas a cabo hay que acudir a centros de belleza, y generalmente se centran en la zona de la cara. Incluyen desde tratamientos de higiene de los poros hasta 'micro-peelings'.
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